Las y los
profesionales de la gestión cultural de Canarias nos declaramos contrarios a
cualquier censura. Defendemos el derecho de la cultura y el arte a molestar y a
ofender. A molestarnos y a ofendernos. Las diferencias en democracia se dirimen
en el debate de ideas y en la crítica social. Jamás con prisión.
La cultura y la
creatividad florecen en la controversia y en la diversidad de opiniones, en la
toma de riesgos artísticos y en la experimentación. No es libre quien tiene que
vigilar su espalda. Quien se ve obligado a distraer la mirada de la costura, el
texto, el lienzo o la partitura para descifrar las acechanzas del código penal.
Drags, escritores,
músicos, tuiteros, cómicos, titiriteros,…una nómina excesiva para no reconocer
una tendencia autoritaria que es ya más que una simple amenaza. Hay que
organizar la autodefensa ciudadana de las libertades y de los derechos humanos.
El Parlamento
español debe derogar cuanto antes la Ley de Seguridad Ciudadana (Ley Mordaza)
y, al menos, revertir la reforma del Código Penal de 2015. Esto, para empezar.
Ni una letra más
tachada, ni un libro más secuestrado, ni un cuadro más descolgado.
En la pared desnuda
de la obra censurada lo que queda grabado es la mueca amenazante del
autoritarismo.
Canarias, 22 de febrero de 2018
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